Somos familia de todo lo que brota,
crece, madura, se cansa, muere y renace.
Cada niño tiene muchos padres,
tíos, hermanos, abuelos.
Abuelos son los muertos y los cerros.
Hijos de la tierra y del sol,
regados por las lluvias hembras
y las lluvias machos, somos todos parientes
de las semillas, de los maices, de los ríos
y de los zorros que aullan
anunciando como viene el año.
Las piedras son parientes de las culebras
y de las lagartijas. El maiz y el frijol,
hermanos entre si, crecen juntos sin pegarse.
Las papas son hijas y madres de quien
las planta, porque quien crea es creado.
Todo es sagrado, y nosotros también.
A veces nosotros somos dioses
y los dioses son, a veces, personitas nomás.
Asi dicen, asi saben,
los indígenas de los Andes.
eduardo galeano
libro patas arriba
solpor de coyotepec