03-4-2010
Hemos de sacrificar a la doncella
en el altar de un dios que reclama su sangre
para confirmar su poder sobre nosotros,
y comprobar que su grandeza
no sufre menoscabo con el paso del tiempo?
Rómpase la grandeza del dios en mil pedazos
que la lepra corroa la púrpura que cubre
su soberbia figura,
y que su eternidad se reduzca a ceniza.
Y prevalezca la sencilla gracia
de la doncella viva, fugaz, irrepetible
su sonrisa tan clara,
su alegría
que ella no sabe efímera , y por tanto
es en su ser presente inmortal un instante
angel gonzalez
poeta hispano entre oviedo e madrid
autor dos libros palabra sobre palabra
tratado de urbanismo, otoños y otras luces ...